El Cancionero de Gaspar Fernández es un cuaderno que reúne alrededor de 300 obras polifónicas de principios del siglo XVII. Actualmente se conserva en el Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca, pero fue escrito en Puebla por Gaspar Fernández para la catedral de Puebla.
Las composiciones de Fernández conservadas en su Cancionero, así como algunas más en libros de polifonía de las catedrales de Guatemala y Puebla, adquieren aún más relevancia con recientes hallazgos que rectifican su biografía. Contrario a la errónea suposición de que era un músico portugués activo en Évora a finales del siglo XVI que luego emigró al Nuevo Mundo, ahora sabemos que el compositor Gaspar Fernández nació y se formó en nuestro continente. Es decir, sus referentes sonoros no fueron directamente los del entorno europeo, sino los del entorno local.
El portugués Gaspar Fernandez (así, con -z y sin acento, modernizado a “Fernandes” en la actualidad) efectivamente existió, pero es un homónimo que no tiene relación alguna con nuestro compositor. Era, en 1590, el músico con más prerrogativas y con el salario más alto en la catedral de Évora. Se sabe que recibió el grado de Bachiller en Artes en la Universidad de Évora el día 13 de marzo de 1594 y que seguía al servicio de la catedral eborense en 1599. Simultáneamente, pero del otro lado del Atlántico, un joven Gaspar Fernández se ocupaba de la enseñanza de los niños al servicio de la catedral de Guatemala desde finales de 1595. Entonces apenas era clérigo de corona y grados, la más baja de las órdenes eclesiásticas que podía adquirir un muchacho con intenciones de realizar una carrera eclesiástica. En 1597 obtuvo el grado de subdiácono y en 1598, siendo diácono, ingresó a estudiar al recién fundado Colegio Seminario de la Asunción, creado expresamente para la formación eclesiástica de hijos de antiguos pobladores de la provincia de Guatemala. Según las constituciones del Colegio, debió tener unos 25 años al momento de su ingreso. Allí recibió lecciones de música con Andrés López Pellejeros, natural de la ciudad de Guatemala, entonces maestro de capilla de la catedral. Empezó a trabajar como cantor y bajonero en 1601; a inicios de 1603 fue nombrado rector del Colegio de la Asunción y el 8 de mayo de ese mismo año, maestro de capilla de la catedral guatemalteca. Desde esa posición preeminente habrán llegado noticias de sus méritos al cabildo de la catedral de Puebla. El día de la Asunción de 1603 se colocó en la puerta de la catedral de Guatemala un edicto convocando a opositores para la ración de organista de la catedral de Puebla; Fernández decidió postularse. Habrá enviado a Puebla los documentos de su presentación al examen en el transcurso del último trimestre de 1603 y primero de 1604. Declinó su candidatura y no llegó a realizar el examen de oposición, pero las referencias a sus aptitudes musicales habrán sido tomadas en cuenta por el cabildo poblano, pues a mediados de 1606 le extendió una invitación, ofreciéndole el magisterio de capilla con un atractivo salario mayor al doble del que le pagaba la catedral de Guatemala. Gaspar Fernández aceptó. Su magisterio en la catedral de Guatemala concluyó así el 5 de julio de 1606. Partió hacia Puebla el 12 de agosto; fue recibido como maestro de capilla de la catedral angelopolitana el 19 de septiembre de ese mismo año. Pocos días después se le nombró también como sustituto del organista. Salvo un intento infructuoso por volver a Guatemala para recuperar el magisterio de capilla a principios de 1612, y por un breve despido temporal a mediados de 1618, Gaspar Fernández se mantuvo constante en sus oficios poblanos hasta que murió, poco antes del 18 de septiembre de 1629. Durante esos 23 años en Puebla se encargó de la composición y dirección de la música polifónica de las principales celebraciones de la catedral, así como la enseñanza de música a los mozos de coro y, adicionalmente, de acompañar al órgano el canto llano de las fiestas de menor jerarquía.
Fernández desarrolló en forma paralela el oficio de copista profesional de libros de polifonía. Consta que entre 1602 y 1606 escribió al menos cuatro libros de polifonía para la catedral de Guatemala y al menos otros cuatro para la de Puebla entre 1616 y 1619. Gracias a la doble labor de Gaspar Fernández como maestro de capilla y como amanuense profesional de música, hoy se puede conocer el repertorio litúrgico-musical más antiguo de las catedrales de Guatemala y Puebla. Pero lo más relevante de la conjunción de estas dos destrezas es, sin duda, la creación del ahora llamado Cancionero de Gaspar Fernández, que conserva integradas muchas de sus propias composiciones musicales sobre textos poéticos. A diferencia de la mayoría de fuentes musicales de la época, este grueso volumen encuadernado no es un documento para uso de los intérpretes, sino un cuaderno de trabajo del compositor, en el cual él mismo fue recopilando sus obras circunstanciales entre 1609 y 1616. Contiene borradores y apuntes personales, realizados sin mucho más cuidado que el necesario para que el escritor entienda sus propias anotaciones. Por lo mismo, es difícil establecer con certeza el número de composiciones que contiene. Hay piezas con textos literarios incompletos o francamente sin letra, hay fragmentos de música y poesía que claramente habrían de formar parte de una obra que no se copió completa, etcétera. Luego de un examen interdisciplinario, Margit Frenk y Omar Morales Abril consideran que el Cancionero de Gaspar Fernández reúne 297 piezas musicales. De ellas, 11 carecen de letra, 14 corresponden a textos litúrgicos en latín y 272 fueron escritas sobre poesía en lenguas vernáculas, sobre todo castellano, pero también lenguas literarias que remedan grupos culturales subalternos, identificadas como “indio” o “indio y mestizo”, “guineo” o “negro”, “vizcaíno”, “portugués”, etcétera. Hay tres poemas que presentan dos versiones musicales y uno que se seccionó en dos, para sendas composiciones. Varias decenas de los textos literarios musicalizados por Gaspar Fernández corresponden a sendos textos publicados en España, Portugal o Nueva España por grandes poetas, justamente alrededor de los años en los que él escribió su Cancionero. Entre estos textos se encuentran tres de Juan de Luque (publicados en su Auto tercero del Sacramento, 1608), uno de Luis de Góngora (No son todos ruiseñores, 1609), uno de Fernán González de Eslava (Coloquios espirituales y sacramentales, 1610), quince de Lope de Vega (Pastores de Belén, 1612), catorce de Alonso de Ledesma (Conceptos espirituales, 3ª parte, 1612), nueve de José de Valdivielso (Romancero espiritual, 1612; Fénix de amor, 1622), dos de Gaspar de los Reyes (Tesoro de conceptos divinos, 1613), diecinueve de Alonso de Bonilla (Peregrinos pensamientos, 1614), además de varias poesías anónimas presentes en manuscritos españoles de finales del siglo XVI y principios del XVII.
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Omar Morales Abril: Musicólogo y director musical guatemalteco. Doctor en Musicología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), investigador de tiempo completo en el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical “Carlos Chávez” (CENIDIM), del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura de México. Premio de Musicología Casa de las Américas 2022. Es fundador y director del Ensamble Prosodia, agrupación que se dedica a la recuperación y difusión del patrimonio histórico-musical iberoamericano de los siglos XVI a XVIII. Ha realizado proyectos de investigación histórica, catalogación, transcripción paleográfica y análisis de música de las catedrales de Guatemala, Oaxaca, Puebla y México, así como del Convento de la Santísima Trinidad de Puebla durante los siglos XVI a XVIII. Es autor de diversos artículos y capítulos de libro publicados en Guatemala, México, España, Portugal y Alemania, así como del libro Los villancicos de Tomás de Torrejón y Velasco. Estudio y transcripción (2005), así como coautor de los libros Humor, pericia y devoción: Villancicos en la Nueva España (2013) y Colección Sánchez Garza. Estudio documental y catálogo de un acervo musical novohispano (2018). Ha escrito notas a programas de conciertos y grabaciones de agrupaciones y músicos internacionales, como Ars Longa de La Habana, el Coro Barroco de Andalucía, The Hilliard Ensemble, Ensemble La Chimera, la agrupación portuguesa Sete Lágrimas y el laudista y vihuelista italiano Massimo Marchese.
Revisado por Vania Romero, Venezuela
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